miércoles, 17 de enero de 2018

UN ARGENTINO CREÓ UNA SILLA DE RUEDAS DE US$100 QUE DA ESPERANZA A NIÑOS DE TODO EL MUNDO


Un proyecto humanitario encabezado por un argentino está dando que hablar en el mundo: una silla de ruedas para niños que cuesta apenas US$100.
Pablo Kaplan es la mente detrás del proyecto. Radicado en Israel desde hace varios años, su trabajo como ejecutivo de una importante empresa local lo llevó a recorrer diversos países, y conocer en profundidad la cultura de varios países en vías de desarrollo.
Fue durante esos viajes que algo captó su atención: la dificultad que tenían los niños con discapacidad de integrarse al sistema educativo. Esta idea fue tomando forma en un proyecto que cambiaría su vida para siempre: crear una silla de ruedas para niñosque no cueste más de US$100.

Por qué es tan importante

Las personas con discapacidad están en muchos casos excluidas de la sociedad por discriminación o falta de oportunidades. El acceso a una silla de ruedas es para muchos chicos la puerta de entrada a un nuevo mundo de oportunidades que por derecho y de acuerdo a los pactos internacionales son los Estados los verdaderos encargados de asegurar. 

Cómo funciona el proyecto

La propuesta tiene un doble objetivo: solucionar los problemas de movilidad y facilitar el acceso a la educación a personas con discapacidad. Estas características, sumadas a su bajo costo, captaron la atención de la Organización Mundial de la Salud y UNICEF, entre otros, que dieron su visto bueno al proyecto.
En diálogo con La Nación, Kaplan contó que las primeras sillas fueron construidas con impresoras 3D y entregadas a niños de un hospital pediátrico de Jerusalem. Luego de un año y medio de pruebas y modificaciones, el argentino acordó con una empresa china la fabricación en serie de las sillas.
Los fondos se reúnen a través de donantes (en su mayoría empresas) que realizan acciones junto a ONG’s de países subdesarrollados. Las sillas ya fueron implementadas en hospitales y centros de rehabilitación de Camerún, Chile, Colombia, Etiopía, Israel, Jordania, Kuwait, Palestina, Panamá, Perú, Sudáfrica, Swazilandia, Tayikistán y Vietnam.
En unos meses, Pablo Kaplan viajará a la Argentina para buscar organizaciones interesadas en el proyecto y así poder comenzar a fabricar estas sillas de ruedas económicas en nuestro país. Quizá no tenga capa, pero este argentino es un auténtico héroe cotidiano.

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