miércoles, 19 de abril de 2017

La Boca, un barrio inaccesible para personas con movilidad reducida

Las típicas veredas demasiado angostas o con escalones y la gran cantidad de calles adoquinadas son obstáculos para circular en silla de ruedas; la Ciudad promete que este año hará 320 rampas



"La Boca resulta totalmente inaccesible para las personas con discapacidad motriz o movilidad reducida", sentencia Dinah Schonhaut, directora de Acceso Ya, la ONG que trabaja por la inclusión de las personas con problemas para desplazarse mediante la promoción y la defensa jurídica del derecho a la accesibilidad. Según el último relevamiento de la entidad, en ese barrio -que integra la comuna 4 de la Capital- abundan las veredas angostas, que, además de estar en mal estado, no permiten por su tamaño la circulación de sillas de ruedas.

Los típicos escalones que presentan las aceras de ese rincón porteño son otro de los obstáculos que, junto a la falta de rampas, deben sortear a diario los vecinos que allí habitan. Pero no sólo en las veredas aparecen los problemas en el momento de movilizarse: cuando se transita en silla de ruedas, también los hay en la calzada, donde predominan los adoquines.

El difícil panorama de accesibilidad que padece el pintoresco barrio se completa en una de sus principales atracciones turísticas: Caminito. Allí, los negocios ocupan toda la vereda y complican la circulación de los transeúntes.

Consultados sobre la situación, fuentes del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la ciudad reconocieron los problemas de La Boca, aunque los atribuyeron a razones "estructurales", fundamentalmente vinculadas a motivos topográficos e históricos. Originalmente, el barrio fue una zona pantanosa, con lagunas y pajonales y, por lo tanto, pasible de frecuentes inundaciones. Es eso, y no otra cosa, según el gobierno porteño, lo que determina que veredas y calles antiguas, empedradas y desniveladas sean la regla.


Limitaciones

Según los informes oficiales, La Boca está elevada dos metros en promedio y emparejar el barrio para hacerlo 100% accesible haría que se anegaran los barrios contiguos. Pero no sólo con esa limitación lidian las autoridades porteñas, sino también con la existencia de áreas declaradas de protección histórica, que no permiten modificación alguna. A pesar de eso, para 2017 ya está prevista la ejecución de unas 320 rampas en todas las ubicaciones en que las veredas así lo permitan.

En cuanto al resto de la comuna, integrado por los barrios de Barracas, Parque Patricios y Nueva Pompeya, la Ciudad proyecta ejecutar otras 1600 rampas para darle accesibilidad total.

Como se recordará, la Capital está divida en 15 comunas y, según el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, ya existen dos que son 100% accesibles: las comunas 5 y 6. Según la dependencia oficial, una comuna es completamente accesible cuando todas sus esquinas cuentan con, por lo menos, una rampa. Los voceros aclararon que, en algunos casos, no se pudieron hacer dos rampas por intersección debido a la presencia de interferencias de difícil resolución, como por ejemplo un poste, alguna señal o un cantero, entre otros motivos.

Otras obras inclusivas

En la comuna 5, que abarca los barrios de Almagro y Boedo, en 2016 se ejecutaron, arreglaron y pusieron en valor 670 rampas.

En tanto, en la comuna 6 (barrio de Caballito, el centro geográfico de la Capital), durante el último año se ejecutaron, arreglaron y pusieron en valor 523 rampas .

Para el año en curso, desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público informaron que se prevé hacer 100% accesibles las comunas 8 (Villa Soldati, Villa Lugano y Villa Riachuelo), 9 (Parque Avellaneda, Mataderos y Liniers), 12 (Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza y Villa Pueyrredón), 13 (Núñez, Belgrano y Colegiales) y 14 (Palermo). Una muy buena noticia si se tiene en cuenta que, según la Encuesta Anual de Hogares 2011 de la ciudad, se estima que el 9,9% de la población porteña -poco más de 286.000 personas- tiene algún tipo de discapacidad.

La responsabilidad sobre las veredas

La regla indica que el Estado, en este caso el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es el responsable por el buen estado de la vereda y su reparación. Sin embargo, hay excepciones.

La responsabilidad recae sobre los hombros de los vecinos frentistas cuando se realizaron obras en el frente de la propiedad que dañaron la acera, cuando la vereda fue mal reparada, en casos de desgaste por el uso normal de peatones o vehículos y cuando la vereda se deteriora por mal uso.

Cuando a la acera la rompen empresas de servicios públicos o privados, como empresas de telefonía, agua potable, energía, gas o televisión, el arreglo de los daños debe correr por cuenta de la compañía que realizó la apertura. Si las empresas no cumplen con la reparación o con las condiciones de obra, se las puede denunciar ante el ente que las regula, por la línea gratuita 147 o en la sede comunal correspondiente.

En cambio, si la vereda está rota como consecuencia de obras de pavimentación, repavimentación o recapado de calles y avenidas, o por trabajos relacionados con el alumbrado público, la señalización luminosa, la demarcación y el corte de raíces de árboles o la extracción de aquellos que fueron plantados por la comuna, el responsable es el Ministerio de Ambiente y Espacio Público.

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